Misión:

Establecer un sistema de control de alimentos y bebidas, en materia de calidad radiológica, que permita asegurar la inocuidad alimentaria tanto de los productos de importación como los de producción nacional.

Infraestructura:

Laboratorio de Vigilancia Radiológica Ambiental (LVRA) del Centro de Protección e Higiene de las Radiaciones (CPHR). El LVRA está acreditado por el Órgano Nacional de Acreditación (ONARC), de acuerdo con la Norma ISO / IEC 17025:2017 y reconocido por la Dirección de Seguridad Nuclear para brindar este servicio. El LVRA participa con regularidad, con buenos resultados, en los ejercicios de intercomparación y ensayos de aptitud organizados por el OIEA y otras instituciones internacionales acreditadas.

Cuenta con un laboratorio de tratamiento físico de muestras, un laboratorio de radiometría y espectrometría con capacidad para la determinación de emisores gamma en muestras de alimentos. Un laboratorio licenciado para el trabajo con fuentes no selladas de radiaciones ionizantes y dos laboratorios para análisis radioquímicos.

Breve descripción del Servicio:

En la actualidad como consecuencia del incremento de las aplicaciones pacíficas de las técnicas nucleares, la mayoría de los países han ido adecuando sus sistemas normativos sanitarios relacionados con los alimentos con el objetivo de legislar sobre los nuevos contaminantes que involucran estos procesos, es así, que se ha hecho una práctica internacional la vigilancia radiológica de alimentos y bebidas. De esta forma se trata de asegurar a la población contra cualquier riesgo a la salud por esta vía, además de garantizar una adecuada comercialización internacional.

Dada la importancia de la problemática de la contaminación radiactiva de alimentos y bebidas la Organización Mundial de la Salud (OMS) junto a otras organiza­ciones internacionales como la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), han elaborado recomendaciones internacionales sobre los niveles de la contaminación de alimentos con radionúclidos y han desarrollado redes formadas por instituciones nacion­ales para monitorear la radiación ambiental, incluyendo la radiactividad en alimentos.

La necesidad de que cada país implemente la Vigilancia Radiológica de Alimentos y Bebidas está dada por la posibilidad de ocurrencia de liberaciones anómalas de radiactividad, donde  hay que tener en cuenta que:

  • La liberación de sustancias radiactivas puede traspasar las fronteras nacionales.
  • El comercio internacional de alimentos puede provocar que una contaminación radiactiva, que inicialmente comenzó en un país, se extienda a otros a través de la exportación de alimentos contami­nados.

Por otra parte, la práctica de reglamentar los valores de actividad límite en alimentos no se ha definido únicamente para el caso de un acci­dente nuclear, sino que en la mayoría de los países se establecen normativas que regulan la calidad radiológica de los alimentos y bebidas en situaciones normales, previniendo la ocurrencia de una situación anormal no declarada, la no correspondencia entre los valores límites del productor y el importador o la ausencia de un control radiológico por parte del productor. De cada uno de estos casos podría resultar el ingreso al país de alimentos cuyos valores de concentración de radionúclidos no fueran compatibles con los niveles internacionales establecidos.